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¡Al diablo, el patrimonio inmaterial de Holanda!

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Por Ilse Bulit. La Habana, Cuba.- Por Radio Nederland conocí que Holanda era algo más que altas producciones de papas, vacas lecheras y radios Phillips. Recorrí la historia de sus hombres y mujeres y hasta la visité cuando el nazismo la pisoteaba y sufrí por ella que es una de las primeras maneras del entendimiento entre los humanos, cuando logras colocarte las zapatillas del otro. Por la Radio Nederland que amé y no me avergüenzo al afirmarlo, me acerqué sentimentalmente y no políticamente, a la vida de indígenas, mujeres igual que yo y con preocupaciones cercanas. Me estremecí con los datos iniciales de los hijos de las guerras centroamericanas y los alertas antes de que se convirtieran en los delincuentes de hoy, supe de los asesinatos de mujeres en ciudad Juárez, antes también de las populares guerras hoy del narcotráfico. Ilse Bulit, La Habana, Cuba Radio Nederland en español lograba las anticipaciones con la bola mágica de, como expresé anteriormente, colocar

Pegados a la radio

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Historia y Sociedad / El tren de los años Por: Ilse Bulit, desde La Habana ilse@enet.cu Por la posición del sol, por su sombra proyectada, los conocedores identifican las horas del día. Juana y sus amigas las conocen por los programas emitidos en la radio. De acuerdo a éstos, organizan sus trajines diarios. Se mueven por la casa con un pequeño equipo transistorizado o con uno de mueble pesado, instalado a la electricidad. ¿Sus preferencias? Por supuesto, las radionovelas. Comenzaron a aficionarse cuando sentadas, al lado de sus abuelas, no lograban entender la cara de éxtasis de estas, ni tampoco las embrolladas tramas. Sí gustaban de oír las empalagosas voces de los galanes que casi derretían las maderas de aquellos radios antidiluvianos. Como los tiempos cambian, las radionovelas también cambiaron. Y ahora se acercan a tocar cuestiones de la vida diaria. Y como también, la realidad recoge circunstancias incapaces de crear por el más imaginativo de los autores; en los nuevos enredos v

Nueve eneros y sigue naciendo (Continuación)

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La “voz cercana de una añeja ciudad” siempre joven Por Lisset Argüelles, Rosy Amaro, Adriana Valdés, Maydelis Gómez y Yosbel Bullaín (estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Habana) Al llegar a la Lonja del Comercio y encontrarse con el colectivo de Habana Radio no se puede obviar su espíritu siempre joven. La magia radica en que sabe combinar el ímpetu, el atractivo y la frescura juvenil con la profesionalidad de los que acumulan más experiencia. Su directora (Magda Resik) se dice fiel defensora del diálogo intergeneracional: “Habana Radio no excluye a aquellas personas que ya “peinan canas” y tienen una experiencia de vida; las incluye y las tiene como seres venerados porque la experiencia es fundamental para todo en la vida, pero especialmente para adquirir esos secretos del oficio que nos propone el periodismo y que nos propone trabajar en un medio de comunicación” Añadió además que “por muy joven que seas, no dejas de tener talento, capacidad, ganas de hacer, creatividad

Nueve eneros y sigue naciendo

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Habana Radio de fiesta Por Lisset Argüelles, Rosy Amaro, Adriana Valdés, Maydelis Gómez y Yosbel Bullaín (Estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Habana) Hoy mi Habana viste lo mejor y más coqueta que una flor, abre sus puertas y ventanas. Ella se ha sentado en el balcón abanicando la ilusión… (José Antonio Quesada) La Habana, ciudad añeja que muchos nos empeñamos en rejuvenecer cada día, se viste hoy con sus mejores galas, y el motivo es más que evidente, su hija menor: Habana Radio, celebra sus primeros nueve años de vida. Coincidentemente, y no por casualidad, es el 28 de enero de 1999 cuando se funda esta emisora, evocando la memoria del Maestro, José Martí. Para Magda Resik, directora de esta emisora, Habana Radio también es una hija. El Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, invitó a trabajar juntos a la joven periodista en el mes de octubre de 1998. Ahí le entregó un reto: construir “una voz cercana” que representara los intereses desde el punto de vista cultural e hi

La radio: Mi primer amor

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Por Ilse Bulit No había cumplido los cuatro años cuando llegó a mi hogar y me adueñé de él. Pesado, rectangular, una especie de cretona por delante, dos botones y la marca con sus dos estrellitas de cuatro puntas. Mi abuela me dijo que era un legítimo holandés. Nacida de un gran batido genético, nunca padecí de xenofobia, así que le entregué el corazón. Aquel radio, mi radio, se convirtió en mi primer amor. Y como todo primer amor, inolvidable. Unos meses después me enviciaba en la onda corta. De madrugada, a escondidas, la sintonizaba. Solo captaba la XEW de México. En este radio canté junto al Grillito Cricrí, me solidaricé con las hembras del teatro lorquiano, pero también conocí de bombas atómicas. No tuve más remedio que crecer y después de las muchas vueltas que damos los pobres, realicé el sueño: ya era periodista, pero periodista de prensa escrita, como decíamos entonces. Cierto defectillo en la pronunciación de la R, se atravesaba en mi camino. Crítica de radio Yo ama