La paternidad de la radio cubana, en un libro inédito

Coincidiendo con el aniversario 89 de la inauguración oficial de la radio en Cuba, el periodista cubano Jesús Díaz Loyola, revela antecedes de los inicios de la radiodifusión en la Isla, con un fragmento de un libro a punto de editarse. El programa 'Voces' de Radio Nederland ha invitado al autor con la primicia: Manolín: un Marconi de sus tiempos.


(Foto cedida por el autor).

En la figura de Manolín Alvarez, un asturiano emigrante, que llegó con 13 años y echó raíces , se centra el libro que lo reivindica como pionero de la radio en Cuba, desde 1917, cuando emitió las primeras desde la norteña ciudad portuaria de Caibarién, en Villa Clara.


Un padre indiscutible
Según Loyola, la paternidad sobre la radio fue ninguneada por mucho tiempo en Cuba, hasta que en 1982, ciego y sembrado en su vejez, el oficial Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) reivindicó en Álvarez el mérito de padre indiscutible de la radio.


En la calle Céspedes, número 7, donde tuvo su primera residencia cubana, el propio Manolín develó la tarja que por fin hizo justicia: “Desde este lugar trasmitió en 1917 Manolín Álvarez las primeras señales de radio de Cuba. Caibarién. Instituto Cubano de Radio y Televisión. 10 de Octubre de 1982”.
En su blog @trio press (ATP), el autor del libro ha adelantado un fragmento de esta biografía, enla que Manolín Alvarez narra aquel primer día:

Como empecé en la radio

Manolín Álvarez
...¡Era una voz humana! ¡Alguien hablaba!
¡Después leía! ¡Y hasta se escuchó una música!...
Llevábamos varios días sin pegar ojos en espera del momento que iba a poner a prueba todo el esfuerzo de varios años, cuando en el verano de mil novecientos veinte, en el número siete de la calle de Céspedes, en la ciudad portuaria de Caibarién, nació la radio en Cuba.
El tándem de radiofonistas lo formábamos un grupo de jóvenes, a quienes  nos movía una obsesiva pasión por comunicar. El equipo era sólido y agrupaba hombres claves en materia de tecnología, redacción y creación artística, nombres que después fueron figuras en la radio.
Lo primero que hicimos fue instalar una antena en un punto alto de la ciudad, y el mejor emplazamiento estaba en el Cuerpo local de Bomberos. En pocos días ya teníamos dispuesto un pedestal de cien pies de altura para trasladar la señal mediante ondas eléctricas al mayor radio de distancia posible.
Loyola apunta que este anticipo aparece cuando se cumplen también 120 años del natalicio de Manolín, y 25 de su muerte. Consulte la versión íntegra del artículo El Padre de la Radio en Cuba. 

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