Serie radial 'Vida de un locutor', con Eduardo Rosillo

La historia de la radio la escribimos, casi siempre, los que trabajamos en ella. Somos varios los realizadores que para contarla utilizamos las mismas herramientas que el medio nos proporciona. Unas veces por la cercanía y familiaridad, y otras por conocimiento y experiencias, convertimos un testimonio en un documento radial de altísimo valor artístico.
Tal es el caso de la serie radiofónica realizada por el escritor, poeta y músico santiaguero Rogelio Ramos Domínguez para Sonido SM, emisora municipal de Songo-La Maya. El protagonista es Eduardo Rosillo, uno de los más importantes locutores cubanos, que lleva en su aval haber presentado a Benny Moré, Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, y trabajar por más de 30 años en la conducción del programa humorístico 'Alegrías de Sobremesa'.

Vida de un locutor
Una contribución de Rogelio Ramos Domínguez

En estos tiempos de Internet y mapa genético en los que uno se levanta, casi sin darse cuenta con un planeta menos, con idiomas que han desaparecido o Lady Gaga en las portadas de todos los ojos del mundo aparente, la radio sigue su porfía.

Es cierto que los aparatos llevan menos teclas, las SW que nos trasladaban de China a la Unión Soviética, de Nederland a RFI se han perdido en el tiempo y los pesados Rodinas de válvulas se trepan a celulares o pequeños receptores casi invisibles, pero ahí los cubanos seguimos llevando a Cesar Arredondo o añosos programas al estilo de “Alegrías de Sobremesa”.

Cuba tiene una historia radial, casi de campeonato. Aquí, se dice, nació la radionovela. El sanluisero Félix B Caignet fue el hombre que ideó episodios como “Chan Li Po” o el lacrimoso y tan llevado y traído “El derecho de nacer”.

La verdad es que con cada uno de los episodios del Más Humano de los autores surgía una manera nueva de enfrentarse a la radio. Los cines se paraban, dicen, si comenzaban las sagas ideadas por el autor de “Frutas del Caney”.

Pero a la radio de esta pequeña isla se le suman historias como la guerra entre Goar Mestre y el Guajiro Trinidad, o sea CMQ y RHC Cadena Azul, que culminó con el guajiro arruinado y colgando de un arbusto y las chanzas del choteo cubano que aún con todo lo grande que haya sido el guajiro también le dedicó décimas llenas de humor.

Luego del triunfo revolucionario y aciertos y desaciertos la radio se ha tornado diferente, lejana de los añosos ratings logrados a base de manipulaciones burdas o de adivinos como Clavelito, seguimos haciendo una radio que trata de abundar en lo humano y alejarse de mecanismos burdamente comerciales.

¿Que dimos en el clavo? No sé. Lo cierto es que seguimos intentando hacer mejor radio en este tiempo de redes sociales, cóleras y amores baldíos. Para suerte nuestra Songo - La Maya cuenta con una historia radial iniciada por nombres imprescindibles en la radio cubana. La invitación está hecha ahora para escuchar a Eduardo Rosillo hacer la historia, contar la vida de un locutor.

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